Una veintena de personas se han reunido este sábado para trabajar conjuntamente en la replantación de la pradera de posidonia de Alcanada. El proyecto liderado por Arrels Marines tiene como objetivo principal la restauración de estas zonas marinas tan afectadas por los fondeos y los voluntarios han trabajado conjuntamente con un grupo de científicos durante nueve horas para replantar fanerógamas de posidonia oceánica.
El proyecto, que recibe la complicidad de la Fundación Ochotumbao, es una iniciativa de los actores y activistas Dani Rovira y Clara Lago para apoyar proyectos solidarios, de medio ambiente y en defensa de los animales. La jornada del sábado, además de todo el proceso previo de este proyecto de replantación, la han liderado los miembros del equipo científico de Arrels Marines: la bióloga marina Gigi Torras; la bióloga y ecóloga marina Xesca Reynés; y el oceanógrafo y ecólogo marino Sebastià Cabanellas.
La iniciativa de restauración marina comunitaria de la asociación aplica técnicas innovadoras para la recuperación de fanerógamas en pequeñas parcelas. Los objetivos científicos de este proyecto en concreto son proporcionar nuevas herramientas para la restauración del hábitat marino, regenerar áreas degradadas por actividades antrópicas y regenerar sumideros de carbono azul.
En este sentido, el coordinador de Arrels Marines, Josep Vives, ha destacado que "estamos muy satisfechos de haber podido terminar el trabajo que empezamos hace unos días, aunque el proyecto está en marcha desde 2021. Queremos dar las gracias muy especialmente a los voluntarios que nos han ayudado estos días, que son quienes realmente han hecho que esto sea posible".
Además, ha explicado que, tras la jornada de trabajo de este sábado, "tenemos replantadas doce parcelas de posidonia, en las que hemos utilizado tres técnicas diferentes. Cada parcela tiene un metro cuadrado. Lo hemos hecho así porque el trabajo que toca ahora es ver qué técnica de replantación es más eficiente”.
El proceso previo
La estación de replantación de Alcanada de Arrels Marines es una realidad después de más de dos años de procesos burocráticos. La asociación inició en 2020 un estudio de caracterización de la zona para entender su realidad y, sobre todo, la necesidad o no de un proyecto regenerativo. Entre ese primer estudio y el largo proceso para conseguir los permisos para realizar la replantación, el equipo científico ha seguido poniendo el ojo en la zona por si había cambios.
El área que se estudió se encuentra en una zona costera protegida entre 0 y 8 metros de profundidad y presenta un sustrato mixto de arena, roca y plantas marinas. El estudio sobre las praderas de posidonia oceánica indicó que se encuentran en un estado desfavorable, lo que ha afectado directamente a la pérdida de biodiversidad; el estudio también reveló que las praderas de Zostera noltii están poco extendidas en la zona. Los principales impactos antropogénicos identificados son los vertidos, el tráfico marítimo comercial y la destrucción del hábitat propiciada por el tráfico humano y el fondeo de embarcaciones recreativas.
Más allá de la replantación
Desde la mirada de Arrels Marines, estas estaciones de replantación no sólo funcionan como parte del programa de regeneración, sino también como medio para aumentar la conciencia ambiental y difundir la divulgación científica. Raíces Marines quiere, por un lado, acercar la ciencia a la población y, por otro, que la población se acerque al mar.