Quieren recuperar el “cuidado comunitario”, les gusta decir. Arrels Marines y Save The Med llevan un año organizando foros participativos abiertos a la ciudadanía para tratar las problemáticas ambientales de la bahía de Pollença. El objetivo es dejar atrás las típicas conversaciones quejosas en el bar para convertirse en parte activa en la conservación del litoral pollencí. 140 personas ya han tomado parte de estas dinámicas de participación, en las que se ponen sobre la mesa situaciones que preocupan: la navegación y el impacto de infraestructuras portuarias, el vertido puntual de aguas fecales, el estado de la posidonia y el fondeo ilegal y el abandono de muertes.
“El saco interior de la bahía de Pollença es una zona muy amenazada. Bajo el mar, encontramos un espectáculo grotesco: carros de supermercado, cestas de goma rellenas de cemento, vigas de hierro unidas con cadenas…”, explica Ignasi Cifre, responsable de Proyectos de la entidad conservacionista Arrels Marines. En otros lugares de la bahía más abiertos y cercanos al cabo de Formentor, las amenazas son menores.
Como muestra de dejadez y de “descontrol entre las administraciones competentes”, apuntan al barco de casi 20 metros de eslora hundido en la bahía este verano, el 5 de julio. Tres meses después, la embarcación permanece en aguas pollencinas y su mástil es bien visible desde la costa. “Es un ejemplo de cosas que pueden ocurrir cuando se tiene un campo de fondeo ilegal y sin control. Los propietarios pueden desentenderse de todo y las embarcaciones permanecer allí mucho tiempo”, dice Cifre.
Aunque los foros son una herramienta todavía joven, con el tiempo esperan concretar acciones para mejorar el medio natural y trasladarlas a las autoridades, que son las que toman las decisiones. La recuperación de praderas de Cymodocea, la implantación de un campo de boyas ecológicas o la mejora de la red de alcantarillado son algunas propuestas que se trabajan para revertir los impactos ambientales que actualmente sufre la bahía de Pollença.